Título: Poseído
Momento de lucha interior. Agonía, desesperanza, desasosiego. Me vienen a la memoria diversas estrofas de “This in the end” (The Doors) “Este es el final, precioso amigo mío. Es el final amigo mío, el final. De todo aquello que permanece en pie, el final. Sin seguridad, ni sorpresas, el final. Nunca mas volveré a mirar a tus ojos otra vez” “Cabalga sobre la serpiente, hacia el lago, el viejo lago cariño, la serpiente es larga, siete millas, cabalga la serpiente, es vieja y su piel está fría”
Estoy completamente desnudo, físicamente, espiritualmente. Con los ojos cerrados doy cortos pasos hasta llegar debajo de la cascada. Mi corazón late con temor, no sabe qué debe hacer. El agua cae sobre mi cabeza. Siento como recorre la nuca, el pecho, la espalda hasta llegar a mis pies. Se me eriza el cuerpo. Una primera sensación física, frío, escalofrío, el rugir del agua. Un instante, no siento mi corazón, no siento frío, no noto el agua cubrir mi desnudez, no escucho el rumor del río. ¿Qué ocurre? me estoy deslizando, no siento mis manos, mis pies, solo percibo paz. Esa anhelada sensación que tanto buscaba para borrar lo que me perturba.
Formo parte de ella ¡¡ahora lo entiendo!!. Salto de forma enérgica sin temer por mis piernas, salto gritando al viento aunque sé que por mucho que me esfuerce nadie escuchará mi grito. Veo una zona conocida, muy conocida. Rápido, he de apresurarme. Husmeo de forma frenética la profundidad de la poza. Quedo atrapado en un remolino, no me importa, formo parte de él. ¡¡Ahí estas!! Lo sabía, ese es tu refugio vieja amiga, ahí te guareces, ahí esperas a que el alimento llegue a ti, ahí esperas hasta que consideras que debes salir, de forma segura, para algo eres la reina de la poza.
Sigo mi camino, nada puedo hacer para pararlo. Disfruto, no, gozo del momento. No siento nada pero a la vez siento que me estoy llenado. Mi camino sigue discurriendo hasta llegar al gran salto. Vuelvo a sentir un enorme escalofrío, mi corazón empieza a latir de forma exagerada. Estoy justo en el borde… Una enorme sacudida vapulea mi cuerpo, abro la boca de forma exagerada, cojo aliento. No, no estoy en el gran salto, estoy debajo de la cascada.
Me siento en una gran piedra. Miro el salto y le agradezco el regalo, el aprendizaje. Antes de partir paso por la poza de mi vieja amiga. Miro ese remolino en el cual me sentí apresado pero libre. Sonrío a ese recodo con la esperanza que ella entienda esa expresión.
De camino pongo en marcha el equipo de música. Suena Sorrow de Pink Floyd. Vuelvo a estremecerme ¿sigues ahí?
creo que es muy bonito lo que se dice y con mucho sentimiento un abrazo alvaro
Muy bueno el concurso y muy bueno el relato.
Saludos.