Pequeños ríos, pequeñas joyas. Una gran combinación para aprovechar la pesca sutil de la modalidad a Tenkara.
Remontar un río es recorrer éste en busca de su fuente, saborear su preciado líquido. Por el camino hacer subir, gracias a nuestras joyas de pluma a las princesas que habitan sus aguas. No caben prisas, solo se permite ir relajado, disfrutando de cada pozo, piedra, árbol caído. Con un camuflaje perfecto, estas truchas son unas artistas de la supervivencia, algo que ves rápidamente ya que ahuyentas a más de una. Sorpresa tras sorpresa, a veces en zonas con tan solo medio palmo de agua. Pero lo sabes y afinas los sentidos para predecir dónde están. Poco a poco puedes sentir la vida en tu mano, no dudas en devolver esa vida al río.
Os dejo un pequeño vídeo, con unas fracciones de esos momentos vividos.
No puedo estar más de acuerdo en la necesidad de abandonar las prisas, y remontar el río con los cinco sentidos, disfrutando de cada rincón.
Si bien me encanta compartir jornadas de pesca, normalmente solo encuentro este camino que bien describes cuando me acerco solo al río. Imagino que no soy el único… toda una dualidad!
Así es David!!