En algunos tramos de ríos tengo truchas como estas. Peces que me han dan dado curas de humildad, que han jugado mucho mejor las cartas que un servidor. Incluso diría que yo estaba con una baraja española y ellas estaban jugando al póquer, vamos, que no me estaba enterando y por tanto marré el lance. Pero las truchas son muy querenciosas y eso que no todo el mundo tiene presente te puede dar su recompensa. Solo hay que saber esperar otro día y hacer lo posible para jugar a la misma baraja. Y en este vídeo podemos ver uno de esos desenlaces.
Ya falta menos amigos para ir a los ríos, a esos tramos y ver esos peces, tocarlos dependerá de cómo juguemos.